
Permíteme esculpirte lentamente,
déjame dulcemente modelarte
asirte con mis manos, continuarte
sobre ese atardecer intensamente.
Aquella madrugada adolescente
cielo y tierra gimiendo sin rozarte
sobre la noble espuma y sin besarte,
estallido que rompe como fuente
de aquel acantilado estremecido
donde olas encrespadas y atrevidas
arrastraron tu cuerpo adormecido.
Yo siento que mis pasos son pequeños,
fragmentos y enseñanzas no vividas
por atrapar un verso entre mis sueños.
Carmen -